domingo, 27 de diciembre de 2015

ALTAS CULTURAS AMERICANAS: EL IMPERIO AZTECA

Áreas de Altas Culturas Americanas: Mesoamérica y el Área Andina.
Elaboración propia.

Antes de Colón, las sociedades americanas más complejas se concentraban en dos grandes polos de civilización: la macrorregión llamada Mesoamérica, donde destacaban el Imperio Azteca, el Reino de Tzintzuntzan, y los estados mayas; y la macrorregión conocida como la Región Central Andina, dominada casi en su totalidad por el Imperio Inca. Otros polos de civilización menos complejos se desarrollaron en el Área Intermedia, en la que sobresalía la Confederación Muisca, en las tierras altas colombianas. Por razones de espacio, nos centraremos en delinear a Mesoamérica y al Área Andina, haciendo especial énfasis en sus dos estados más importantes: El Imperio Azteca y el Imperio Inca.


MESOAMÉRICA: EL IMPERIO AZTECA


Glifo  de la ciudad de México Tenochtitlan: Códice Mendoza.

En Mesoamérica la civilización surge con la cultura Olmeca, que floreció hace 3.500 años en las selvas tropicales del sur de México. La cultura Olmeca irradió hasta el altiplano mexicano, por el norte, y hasta las tierras mayas, por el sur, sentando las bases del desarrollo cultural de numerosos grupos en los siguientes dos milenios. Particularmente complejas fueron las sociedades de las Tierras Altas mexicanas, donde se sucedieron poderosos estados, entre ellos el Azteca, un imperio nacido a comienzos del siglo XIV en un islote del Lago Texcoco, desde donde extendió su poderío sobre 250,000 Km² del estado mexicano moderno. Su capital se llamaba Tenochtitlan, la ciudad más grande de Mesoamérica, y en su momento, con sus 200,000 habitantes, una de las más pobladas del mundo.
Guerrero Jaguar


La sociedad azteca estaba estratificada entre una casta de nobles, llamados Pipiltin, de la que se elegía al Tlatoani, cabeza del estado, al cual los españoles llamaron emperador. El resto de la población pertenecía al estrato de los macehualtin, que incluía a labradores, artesanos y mercaderes, todos ellos pagadores de tributos, y con obligaciones militares. Gracias a su organización militar, los Aztecas vencieron a casi todos sus vecinos, a los que impusieron tributos onerosos, pero sin llegar a asimilarlos desde un punto de vista lingüístico y cultural. Su modelo de estado era el Imperio no territorial, una entidad estatal en la que lo más importante es la percepción del tributo, y no el dominio de los territorios conquistados.

La economía del imperio la completaban con una agricultura altamente productiva, en unas parcelas ganadas a las aguas de los lagos del centro de México, a las que llamaban chinampas. Los campesinos cultivaban en ellas numerosos productos, en particular el trío integrado por el maíz, los frijoles y las calabazas, que constituían la base alimenticia de la mayor parte de los pueblos mesoamericanos. En el campo de la artesanía destacaron en la orfebrería y la lapidaria, así como en un arte tan americano, como el plumario. Su gremio de mercaderes, los Pochteca, era poderoso, y sus partidas comerciales alcanzaban los desiertos mexicanos al norte, y las selvas tropicales centroamericanas al sur. Durante sus viajes, los mercaderes actuaban como espías, recogiendo información sobre los lugares que visitaban, que finalmente transmitían a la cabeza del Imperio.

La religión azteca era politeísta, y estaba controlada por el estado. Su máxima expresión eran los templos integrados en el recinto del Templo Mayor, que se encontraba en el centro de la capital. Su visión del mundo era limitada, y tal como constató Hernán Cortés en su viaje a Honduras, los territorios conocidos llegaban hasta los confines de sus partidas comerciales.

Como muchos pueblos de Mesoamérica, los Aztecas creían que la tierra era el cuerpo de una diosa cocodrilo, a la que llamaban Cipactli, la cual flotaba sobre un mar primordial. A su entender, los puntos de nacimiento y de ocaso del sol durante los solsticios y los equinoccios definían las cuatro esquinas del cosmos, al que representaban con la forma de una cruz encerrada en un cuadrilátero. Pensaban que tanto el cielo como el subsuelo estaban divididos en diversos niveles. Más allá de los mares que rodeaban al mundo vivían los dioses, una creencia que inicialmente les causó gran estupor cuando llegaron los españoles desde el oriente.

Representación de la Diosa Cipactli, el Monstruo de la Tierra.


Debido al escaso desarrollo de los medios de transporte, tanto marítimos como terrestres, ni los Aztecas, ni los demás pueblos mesoamericanos, llegaron nunca a establecer contacto directo con el Incario, en Los Andes Centrales, cuyo imperio constituía la entidad estatal más compleja de todo el continente americano.


BIBLIOGRAFIA

Wikipedia, "Imperio Azteca", en https://goo.gl/yK0y9w, página modificada el cuatro de enero de 2016, visitada a siete de enero de 2016.

Wikipedia, "Mesoamérica", en https://goo.gl/atgQTB, página modificada el dos de enero de 2016, visitada a siete de enero de 2016.


IMÁGENES

"Códice Mendoza", por https://goo.gl/BROA4f, vía Wikimedia Commons.

"Guerrero Jaguar Mexica", en https://goo.gl/0lNZqq, via Wikimedia Commons.

Giggete, "Cipactli", en https://goo.gl/NDfHKs, via Wikimedia Commons.

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