Antes de profundizar en los antecedentes históricos que alimentan el debate sobre el “Descubrimiento-Encuentro de dos Mundos”, conviene precisar el concepto “descubrimiento”, para discutir más adelante la pertinencia, o no, de su uso en el contexto de los viajes colombinos.
La Real Academia Española de la Lengua (RAE) define “descubrimiento” como el “hallazgo, encuentro, manifestación de lo que estaba oculto o secreto o era desconocido”, o bien como el “Encuentro, invención o hallazgo de una tierra o un mar no descubierto o ignorado”. Una tercera entrada lo define como un “Territorio, provincia o cosa que se ha reconocido o descubierto.”
Las tres definiciones anteriores ponen el acento en la acción o acto de descubrir, pero no en las personas, o sujetos, que realizan la acción. Y es precisamente en este punto -en el de los sujetos que descubren-, de donde parte la controversia sobre el concepto de “Descubrimiento de América”.
En sus posiciones más extremas, los detractores de la idea de que Colón descubrió América argumentan que sostener lo anterior es una ofensa para los indígenas, cuyos antepasados llegaron al continente miles de años antes que Colón. Desde el otro extremo, quiénes defienden el descubrimiento colombino replican que los grupos indígenas sólo conocían su territorio, y las tierras aledañas a este, de manera que todos ignoraban la dimensión real del continente en que vivían.
¿Cuál de los dos puntos de vista se aproxima más a la verdad histórica? La respuesta es compleja, y susceptible de responder desde diferentes enfoques. En las siguientes entradas discutiremos más ampliamente las diferentes interpretaciones que existen sobre el descubrimiento de América.
No hay comentarios:
Publicar un comentario