Áreas de Altas Culturas Americanas: Mesoamérica y el Área Andina. Elaboración propia. |
Antes
de Colón, las sociedades americanas más complejas se concentraban
en dos grandes polos de civilización: la macrorregión llamada
Mesoamérica, donde destacaban el Imperio Azteca, el Reino de
Tzintzuntzan, y los estados mayas; y la macrorregión conocida como
la Región Central Andina, dominada casi en su totalidad por el
Imperio Inca. Otros polos de civilización menos complejos se
desarrollaron en el Área Intermedia, en la que sobresalía la
Confederación Muisca, en las tierras altas colombianas. Por razones
de espacio, nos centraremos en delinear a Mesoamérica y al Área
Andina, haciendo especial énfasis en sus dos estados más
importantes: El Imperio Azteca y el Imperio Inca.
MESOAMÉRICA: EL IMPERIO AZTECA
Glifo de la ciudad de México Tenochtitlan: Códice Mendoza. |
En
Mesoamérica la civilización surge con la cultura Olmeca, que
floreció hace 3.500 años en las selvas tropicales del sur de
México. La cultura Olmeca irradió hasta el altiplano mexicano, por
el norte, y hasta las tierras mayas, por el sur, sentando las bases
del desarrollo cultural de numerosos grupos en los siguientes dos
milenios. Particularmente complejas fueron las sociedades de las
Tierras Altas mexicanas, donde se sucedieron poderosos estados, entre
ellos el Azteca, un imperio nacido a comienzos del siglo XIV en un
islote del Lago Texcoco, desde donde extendió su poderío sobre
250,000 Km² del estado
mexicano moderno. Su capital se llamaba Tenochtitlan, la ciudad más
grande de Mesoamérica, y en su momento, con sus 200,000 habitantes,
una de las más pobladas del mundo.
Guerrero Jaguar |
La
sociedad azteca estaba estratificada entre una casta de nobles,
llamados Pipiltin, de la que se elegía al Tlatoani, cabeza del
estado, al cual los españoles llamaron emperador. El resto de la
población pertenecía al estrato de los macehualtin, que incluía a
labradores, artesanos y mercaderes, todos ellos pagadores de
tributos, y con obligaciones militares. Gracias a su organización
militar, los Aztecas vencieron a casi todos sus vecinos, a los que
impusieron tributos onerosos, pero sin llegar a asimilarlos desde un
punto de vista lingüístico y cultural. Su modelo de estado era el
Imperio no territorial, una entidad estatal en la que lo más
importante es la percepción del tributo, y no el dominio de los
territorios conquistados.
La
economía del imperio la completaban con una agricultura altamente
productiva, en unas parcelas ganadas a las aguas de los lagos del
centro de México, a las que llamaban chinampas. Los campesinos
cultivaban en ellas numerosos productos, en particular el trío
integrado por el maíz, los frijoles y las calabazas, que constituían
la base alimenticia de la mayor parte de los pueblos mesoamericanos.
En el campo de la artesanía destacaron en la orfebrería y la
lapidaria, así como en un arte tan americano, como el plumario. Su
gremio de mercaderes, los Pochteca, era poderoso, y sus partidas
comerciales alcanzaban los desiertos mexicanos al norte, y las selvas
tropicales centroamericanas al sur. Durante sus viajes, los
mercaderes actuaban como espías, recogiendo información sobre los
lugares que visitaban, que finalmente transmitían a la cabeza del
Imperio.
La
religión azteca era politeísta, y estaba controlada por el estado.
Su máxima expresión eran los templos integrados en el recinto del
Templo Mayor, que se encontraba en el centro de la capital. Su visión
del mundo era limitada, y tal como constató Hernán Cortés en su
viaje a Honduras, los territorios conocidos llegaban hasta los
confines de sus partidas comerciales.
Como muchos pueblos de
Mesoamérica, los Aztecas creían que la tierra era el cuerpo de una
diosa cocodrilo, a la que llamaban Cipactli, la cual flotaba sobre un
mar primordial. A su entender, los puntos de nacimiento y de ocaso del sol durante los solsticios y los equinoccios definían las cuatro esquinas del cosmos, al que representaban con la forma de una cruz encerrada en un cuadrilátero. Pensaban que tanto el cielo como el subsuelo estaban divididos en diversos niveles. Más allá de los mares que rodeaban al mundo vivían
los dioses, una creencia que inicialmente les causó gran estupor
cuando llegaron los españoles desde el oriente.
Representación de la Diosa Cipactli, el Monstruo de la Tierra. |
Debido
al escaso desarrollo de los medios de transporte, tanto marítimos
como terrestres, ni los Aztecas, ni los demás pueblos
mesoamericanos, llegaron nunca a establecer contacto directo con el
Incario, en Los Andes Centrales, cuyo imperio constituía la entidad
estatal más compleja de todo el continente americano.
BIBLIOGRAFIA
Wikipedia, "Imperio Azteca", en https://goo.gl/yK0y9w, página modificada el cuatro de enero de 2016, visitada a siete de enero de 2016.
Wikipedia, "Mesoamérica", en https://goo.gl/atgQTB, página modificada el dos de enero de 2016, visitada a siete de enero de 2016.
Wikipedia, "Mesoamérica", en https://goo.gl/atgQTB, página modificada el dos de enero de 2016, visitada a siete de enero de 2016.
IMÁGENES
"Códice Mendoza", por https://goo.gl/BROA4f, vía Wikimedia Commons.
"Guerrero Jaguar Mexica", en https://goo.gl/0lNZqq, via Wikimedia Commons.
Giggete, "Cipactli", en https://goo.gl/NDfHKs, via Wikimedia Commons.